¿Por qué escoger el budismo?


En un mundo donde las opciones espirituales son tan diversas como las culturas que las albergan, puede surgir una pregunta sincera y urgente: ¿por qué practicar Budismo? Esta no es una pregunta abstracta. Para muchos de nosotros, es profundamente personal. Si sentimos que la vida espiritual es necesaria para alcanzar una mayor plenitud, claridad y conexión, entonces es natural preguntarnos: ¿cuál camino seguir?

Sangharákshita, fundador de la Comunidad Budista Triratna, abordó esta pregunta de manera directa en una charla titulada precisamente “Why Buddhism?”, dada en Londres en 1966. Lo que dijo entonces resuena aún con fuerza hoy.

La religión como búsqueda de totalidad

Antes de elegir entre religiones, necesitamos entender qué es la religión. Para Sangharákshita, no es simplemente un conjunto de creencias o rituales heredados. La religión, en su sentido más profundo, es una búsqueda de totalidad: psicológica, espiritual y relacional. Es el camino que una persona consciente emprende para encontrar un sentido mayor en la vida y realizar todo su potencial como ser humano.

No todos sienten esta necesidad. Pero si tú sí, si estás empezando a mirar tu vida con ojos más amplios y a preguntarte por su propósito más allá de lo inmediato, entonces la religión —o mejor dicho, la vida espiritual consciente— puede convertirse en una necesidad vital.

¿Una elección libre o una herencia cultural?

Uno de los temas que Sangharákshita cuestiona es la idea común de que uno debe simplemente seguir la religión en la que nació. En muchas culturas, esta actitud está profundamente arraigada, como en el sistema de castas del hinduismo. Pero él nos invita a ver más allá: “La religión no es como una prenda heredada que uno debe usar aunque no le quede bien.”

Hoy vivimos en una época donde tenemos acceso a las enseñanzas espirituales del mundo entero. Podemos —y debemos— mirar con apertura, curiosidad y discernimiento. La pregunta no es solo “¿en qué religión nací?”, sino: ¿qué camino resuena con mi experiencia, mi intuición, mi necesidad profunda de transformación?

Las grandes religiones y la elección real

Aunque existen muchas religiones en el mundo, Sangharákshita señala que, de forma práctica, solo tres son universales y accesibles a todos sin importar su origen étnico o cultural: el Cristianismo, el Islam y el Budismo.

Y aquí es donde surge una diferencia crucial: el Budismo es la única de las tres que no es teísta. Es decir, no se basa en la idea de un Dios creador personal. Para muchas personas modernas —incluso profundamente espirituales— esta es una diferencia decisiva. Hay quienes ya no pueden aceptar intelectualmente la idea de un Dios que gobierna el universo desde fuera, pero aún sienten la necesidad de un camino de crecimiento interior, compasión, sabiduría y trascendencia.

Para estas personas, el Budismo ofrece una vía clara: una espiritualidad sin Dios, pero no sin profundidad.

Una religión sin revelación, con descubrimiento

En lugar de revelación divina, el Budismo habla de descubrimiento personal. La verdad no desciende desde un cielo sobrenatural, sino que emerge del trabajo interior, de la meditación, la atención plena, la reflexión y la transformación. Como lo dice Sangharákshita: “En el Budismo no hay revelación de la verdad por parte de Dios al hombre, sino descubrimiento de la verdad por parte del hombre por sí mismo.”

Esta diferencia cambia todo: convierte la práctica espiritual en una aventura activa, no en una aceptación pasiva. El Budismo no te pide creer primero: te invita a practicar, observar, experimentar y comprobar.

¿Por qué escoger el Budismo hoy?

Sangharákshita resume varias razones por las que muchas personas escogen el Budismo:

  • Porque es no teísta, pero profundamente espiritual.

  • Porque se basa en la experiencia directa, no en la fe ciega.

  • Porque ofrece un camino de transformación integral, que incluye meditación, ética, sabiduría, ritual, arte y comunidad.

  • Porque es tolerante y no dogmático, y acoge una gran variedad de temperamentos y enfoques.

  • Porque propone un ideal alto —la iluminación— pero accesible a través de pasos concretos.

En definitiva, porque nos trata como adultos espirituales: seres capaces de tomar responsabilidad por su vida interior.

Y ahora, ¿cómo acercarse al Budismo?

Escoger el Budismo no es el final del camino, sino su comienzo. La pregunta que sigue es: ¿cómo me acerco a esta tradición? ¿Cómo la practico de forma auténtica?

Desde la Comunidad Budista Triratna ofrecemos una forma contemporánea de vivir el Dharma, fiel a las enseñanzas originales pero accesible para la vida moderna. Si estás empezando, aquí tienes algunas sugerencias prácticas:

  • Medita regularmente. Empieza con prácticas como la atención plena a la respiración (anapanasati) o el cultivo del amor bondadoso (metta bhavana).

  • Lee las palabras del Buda. Comienza con el Dhammapada o charlas introductorias como las de Sangharákshita.

  • Reflexiona sobre tu vida. ¿Qué significa para ti vivir con mayor integridad, claridad y compasión?

  • Conéctate con una comunidad. No estás solo en este camino. Busca un centro o grupo de práctica cercano, o participa en encuentros en línea.


En resumen

No se trata de si el Budismo es mejor que otras religiones, sino de si resuena contigo, si te ofrece una vía auténtica hacia una vida más plena y despierta. Para muchos de nosotros, la respuesta es sí. No porque sea fácil, sino porque es real.

Y tú, ¿has considerado por qué —si lo has hecho— escogiste el Budismo?