¿Quién es
el buda?

 

¿Quién es el Buda?

Una exploración más allá de los hechos

En la tradición budista, todo comienza con el Buda. No solo porque fue el fundador histórico de lo que hoy conocemos como budismo, sino porque su experiencia de despertar se convierte en el punto de partida y el ideal vivo de nuestra propia búsqueda. Por eso, cuando nos acercamos al budismo, hay una pregunta que, tarde o temprano, surge con fuerza: ¿quién es realmente el Buda?

En una charla clásica titulada Who is the Buddha?, Sangharákshita no solo presenta la vida del Buda Gautama, sino que, con su estilo accesible y provocador, nos invita a mirar más allá de la historia. Nos desafía a reconocer que conocer al Buda no es lo mismo que saber sobre él. Y que responder a esta pregunta no es una tarea académica, sino una experiencia viva que transforma.

El punto de partida: una historia conocida

Sangharákshita comienza con el relato tradicional de Siddhartha Gautama: su nacimiento en una familia noble del clan Shakya, su educación como príncipe, su matrimonio y su vida protegida de los aspectos más duros de la existencia humana. Todo esto cambia cuando presencia las Cuatro Visiones: la vejez, la enfermedad, la muerte y un sadhu —un hombre que ha renunciado al mundo en busca de la verdad.

Estas visiones no solo lo sacuden emocionalmente, sino que lo confrontan con una pregunta radical: ¿Cuál es el sentido de la vida si todo termina en decadencia y muerte? En esta pregunta comienza el camino del Buda. Una búsqueda que lo lleva a dejar todo atrás —su familia, su estatus, sus comodidades— para convertirse en un buscador, un mendicante, un meditador.

Una búsqueda radical

Siddhartha pasa seis años explorando caminos espirituales extremos. Se une a grupos ascéticos, practica severas privaciones, mortifica su cuerpo con la esperanza de alcanzar la liberación. Pero, al final, se da cuenta de que el sufrimiento voluntario no lleva al despertar. Que el dolor por sí solo no libera.

Este momento es clave: el futuro Buda renuncia a la renuncia extrema, se permite nutrirse y reposa bajo un árbol (el futuro árbol Bodhi) con una resolución clara: “No me moveré de aquí hasta alcanzar la Iluminación”. Y así, en la calma, la atención profunda y la introspección, la transformación ocurre.

Una mañana, al ver el lucero del alba, la mente de Siddhartha se abre completamente. La luz de la sabiduría surge y lo inunda. Comprende la naturaleza del sufrimiento, su origen, su cesación y el camino hacia su fin. En ese momento, se convierte en el Buda —el Despierto.

Más allá de los hechos

Aquí es donde Sangharákshita nos guía a dar un giro en la reflexión. Saber todo esto —el lugar de nacimiento del Buda, su edad, su biografía— no significa que lo conozcamos. Como él dice, podemos tener todos los datos sobre una persona y aun así no haberla comprendido. ¿Cuántas veces creemos conocer a alguien y nos sorprende con algo que “jamás hubiéramos imaginado”?

La verdadera pregunta, entonces, no es “¿Quién fue Siddhartha Gautama?”, sino: ¿Qué significa ser un Buda? ¿Qué tipo de mente, qué clase de conciencia se manifiesta en un ser despierto?

El Buda como mente no condicionada

Para responder, Sangharákshita recuerda un encuentro breve pero profundo: poco después de su despertar, el Buda se cruza en el camino con un asceta llamado Upaka. Este, impactado por la luminosa presencia de Siddhartha, le pregunta directamente: “¿Quién eres?”. Y el Buda le responde algo sorprendente: “No soy un dios, ni un espíritu, ni un ser humano”. Cuando Upaka insiste, el Buda explica que las condiciones mentales que habrían dado lugar a una identidad limitada han sido completamente eliminadas. Por eso, dice, “Soy un Buda”.

Esta afirmación contiene una verdad esencial del budismo: el Buda no es solo un “hombre sabio”, ni un “dios encarnado”. Es alguien cuya mente ha trascendido todas las condiciones que nos mantienen atrapados: el ego, la ignorancia, el deseo, el miedo, la identificación con una personalidad fija.

La mente del Buda es una mente libre, una conciencia no condicionada. Y eso —no una biografía— es lo que significa ser un Buda.

Dios, hombre… ¿o algo más?

Sangharákshita señala que, en Occidente, solemos tener solo dos etiquetas disponibles: “dios” o “hombre”. Y entonces, cuando nos encontramos con el Buda, no sabemos bien dónde colocarlo. Algunos lo reducen a un hombre admirable, otros lo elevan a una deidad. Pero el Buda no cabe en ninguna de estas dos categorías.

En la tradición budista, el Buda es el ser más elevado del universo. Incluso más que los dioses. No porque tenga poderes sobrenaturales, sino porque ha alcanzado una libertad absoluta. Por eso, en muchas representaciones artísticas, los dioses aparecen escuchando humildemente las enseñanzas del Buda. No es un dios, pero es el maestro de los dioses.

Y esto tiene una consecuencia revolucionaria: el Buda fue humano, y sin embargo despertó. Por lo tanto, tú también puedes hacerlo.

¿Cómo podemos conocerlo?

Entonces, si no basta con saber sobre el Buda… ¿cómo podemos realmente conocerlo?

Sangharákshita propone algo poderoso: solo conocemos verdaderamente al Buda en la medida en que desarrollamos nuestra propia naturaleza búdica. Es decir, solo lo comprendemos profundamente cuando comenzamos a despertar también nosotros. No se trata de creer en el Buda, ni de idealizarlo, ni de admirarlo a distancia. Se trata de emprender el mismo camino, en nuestra vida concreta.

Y ese camino comienza con un acto fundamental: Ir a Refugio al Buda. Esto no significa una declaración formal, ni repetir mecánicamente Buddham saranam gacchami. Significa tomar la Iluminación como nuestro ideal más alto, como la dirección última de nuestra vida. Significa confiar en que este despertar no solo ocurrió hace 2,500 años, sino que es posible aquí y ahora, en nosotros mismos.

Ir a Refugio en el Buda es la manera en que entramos en una relación viva con él. Es la forma en que dejamos de verlo como un personaje del pasado para reconocerlo como una presencia activa, como un ideal viviente que puede inspirar cada una de nuestras decisiones.

 


 

Conclusión: tú también eres el Buda (en potencia)

Al final de la charla, Sangharákshita ofrece una afirmación que puede parecer audaz, pero que es profundamente budista:

“Tú mismo eres el Buda —potencialmente”.

Esta es una invitación radical. El Buda no es solo alguien que admiramos, es alguien que llevamos dentro, como posibilidad latente, esperando ser despertada.

Por eso, cuando preguntamos “¿quién es el Buda?”, la respuesta no puede venir solo del intelecto. Tiene que brotar de la experiencia, del compromiso, de la transformación que vivimos al recorrer el Camino. Solo así, con la práctica, con el contacto profundo con el ideal de la Iluminación, podremos llegar a responder —desde el corazón y no solo desde la mente— quién es el Buda.

Y en ese momento, la pregunta se vuelve otra:

¿Qué puedo hacer hoy para acercarme a mi propio despertar?

 

Aquí te dejamos la charla original de Sangharákshita: Who is the Buddha?